Había una rutina
durante el tiempo que pase mis días en la casa del Tío. Esperaba en la mesa del comedor toda la mañana
y parte de la tarde, hasta que los rayos de sol que pasaban por la ventana,
iluminaban las motas de polvo sobre el fuego.
Yo me quedaba
muy tranquilo, respirando muy despacio.
Cuando el Tío
bajaba por las escaleras , era cuando las horas que pasaban de forma lenta , se
hacían más cortas , hasta que llegaba la noche , cuando mi boca y nariz se
secaban de oler el alcanfor y canela de mi Tío, me atragantaba más que el polvo.
A menudo cuando
mi Tío se levantaba de la cama y bajaba
las escaleras para trabajar en su proyecto, dejaba su reloj de bolsillo sobre
la mesa. .
Lo sostuve y podía
escuchar el sonido de su tic-tac como si fuese la voz del primer sobrino estuviera susurrándome.
Fue cuando él
trabajaba en nuestro plan.
Sobre el último día
las cosas resultaron diferentes. Escuché a mi Tío bajar, sus pantuflas se escuchaban sobre la
alfombra de las escaleras.
Cerré mis ojos,
se sentó con la espalda recta sobre el duro respaldo de la silla, tomando mis
manos la colocó sobre el puntero de la OUIJA que estaba frente a mí.
Me revolvió su cabello,
el olor a alcanfor y canela se sentía en el aire
- ¿Este es mi muchacho?
Atine a abrir un
ojo, se levantó y se colocó a mi derecha, puso una mano sobre mis hombro
mientras colocaba la otra en el bolsillo de su bata.
-Estoy
sosteniendo una sesión - dijo
-Espíritus,
estoy interesado en espíritus ahora
Asintió y sonrió.
La Ouija y su sonrisa juntas delataban la clave de un deseo
oculto. El no sabía lo que esto era pero lo sabía, el primer sobrino y yo
estaríamos trabajando en desbloquearlo por un buen rato.
Frunció el ceño. Baje la vista hacia
el tablero, coloque mis manos sobre el puntero e inspire profundamente.
Lo que estaba haciendo sabía que
estaba mal, que solo era para mostrarle.
Conocía lo suficiente como para
estar en lo cierto.
El se acuclillo detrás mío hasta
que su cabeza quedó a la par de la mía.
-¿Sabias - tengo algo muy
importante que decirte ahora- sabias que los espíritus son reales --¿Y que los
puede atrapar?
Las ojeras alrededor de sus ojos
eran oscuras las mismas eran de más de 3
meses antes que me sacara de la calle.
Sabía que le hacía mal, pero no se
cuidaba en absoluto.
Te estás divirtiendo? - Puse lo
mejor de mí, conocía cuando sonreía de esa manera.
No- le dije con mi mejor voz de
mentiroso la única que había utilizado cuando lo vi por primera vez y me dijo
que me llevaría a un lugar seguro.
- Puedes llamarlos y aprovechar su
poder.
- Lo sé - le dije dejando que mi voz sonara con deleite.
Es lo que estoy haciendo ahora. Comencé a mover el puntero
alrededor del tablero alrededor del SI - NO al ADIOS.
El sonrió - no lo harás de ninguna
manera con eso mi querido -
Me tomó del
brazo y me saco de la silla. Había crecido desde una talla pequeña a un poco más
gordo desde que me había mudado con él, pero él era un mas grande y más fuerte
que yo.
- Vamos.
Separó una llave de la media docena que llevaba
alrededor de su cuello y abrió la puerta de la terraza, donde él trabajaba,
Nunca había estado
ahí antes, pero el primer sobrino me había hablado sobre la máquina de su Tío.
En la brillante
luz del atardecer, el parecía sordo, sucio.
El rio
artificial que corría alrededor del perímetro de su cuarto estaba quieto, sus
aguas serenas e inmóviles..
- Se que esto no
te gusta mucho, pero solo espera hasta
que lo veas a la medianoche.
- ¿Podre ver’.¿Me
va a dejar?
-Esta misma noche espero aprendas.
Sacó un gran
libro con la encuadernación de cuero del estante que estaba sobre su
escritorio.
Regreso al comedor y lo abrió
sobre la mesa. Pasó las páginas hasta el diagrama de la maquina, cuya fotografía
era la de un gran globo purpura rodeado con una luz.
"El
principio es electromagnético" Señaló la luz con su dedo, y apunto a otra
parte del diagrama.
- El tubo del
que estamos hablando amplifica la invocación, cuando el espíritu ingresa acá -
apuntó al globo - ellos son atrapados.
-Así aprovecho su energía.
Desde que estoy
con mi tío, nunca lo oí mencionar "nosotros"
Continuamos
nuestra conversación como si estuviésemos compartiendo la cena.
Cuando por
primera vez vivía con el Tío, el dejó la habitación durante la cena, y me dijo
que me fuera con un susurro sibilante, con su redonda cara roja muy cerca de la
mía.
No podía
imaginarme donde podía haber ido, entonces. Tío podía encontrarme.
Me lo dijo,
Por un tiempo
largo me vi atrapado. estaba como una cosa muerta, hasta sentía que podía
observarme, escuchar y su primer sobrino susurraba hola y me hacía saber que
estaba lejos de ser el único.
Tío sacó el
reloj de su bolsillo. "Nunca debes darle cuerda" me dijo. "Un espíritu
dentro se encarga de hacerlo funcionar".
Asentí con la
cabeza, desvié la mirada y no lo volví a mirar.
Me puse a
trabajar e intente no reírme.
El continuó con su charla:
"Los espíritus son inquietos. Ellos se mueven y generan fuerzas. Hay una
sola en este reloj. Si reunimos miles podríamos
dar energía a toda una ciudad".
-¿Que lo
mantiene ahí dentro? .¿Por qué no puede escapar?
Ah - los ojos
del Tío se movieron de izquierda a derecha. Se inclinó hacia mí como si
estuviese conspirando, aunque había
desaparecido y estamos solos.
-Una especie de
conjuro de mi propio cosecha"
¿Quien lo inventó? – le pregunté
-Investigué
libros prohibidos, hice experimentos. La teoría es ancestral, pero la ejecución
es bastante moderna.
Resopló para sí mismo en su
silla.
De su bolsillo
tomó una pequeña caja cerrada, y alrededor de su cuello, tomó una pequeña
llave. Abrió la caja y saco una hoja de papel plegada.
Me la entregó. La tuve entre mis
manos por largo tiempo. Trataba de no sacudirla porque sabía que era esto lo
que necesitaba.
Asintió con la
cabeza. Desplegué la hoja. Una palabra estaba sobre este: una palabra larga. Podía
leer y memorizarla, no solo cada sonido de cada letra. Mi cabeza zumbó y me
sentía débil.
Tío me observó como un perro callejero que desea su pedazo de
pan.
Sus ojos
marrones se notaban agitados.
Oh - le dije - lo siento Tío.
-Una palabra
poderosa. Lo que sientes es: Poder. ¿Ahora podemos ver cómo trabaja la maquina?
-Si - todo dependía de la
siguiente parte-pero debo usar el baño.
-No he ido desde que cenamos y
estoy muy emocionado.
-Por supuesto -
me dijo y se mostró indulgente.
En el baño, tomé
un trozo de carbón que siempre llevaba en mi bolsillo. Dibuje la palabra sobre el piso. letra por letra. Al revés. Una
palabra para atraparlo, una para liberarlo.
El primer
sobrino me había susurrado a mi oído alguna noche. Memoricé la nueva palabra.
Era también una palabra poderosa, que hizo que me enfermara del estomago.
-No me importaba. Sabía que los
sobrinos contaban conmigo.
Limpié las
palabras lo mejor que pude, aunque estaba bajo presión seguro que no le importaría.
Cuando regrese
al comedor. Tío estaba sobre sus pies, con una sonrisa de lado a lado.
Me hizo pasar al solárium "-Rápido,
ahora!! Es la hora de las brujas,. - dijo.
La habitación se
había transformado por completo. El globo brillaba con unas luces púrpuras y
plateadas que circulaban rápidamente.
Un pistón dirigía
la rueda dorada que movía el agua a través del rio artificial que a su vez caía
y tintineaba alrededor del cuarto.
Sentía a los
otros sobrinos como una pared de alfileres y agujas.
Su rabia se derramaba desde el
globo purpura. Tío parecía no notarlo.
No estaba sorprendido. Si él pudo sentirlo, que no habría sido capaz de hacerle
eso a sus sobrinos todos estos años.
"-Las he
dibujado. Tapó el cristal del globo, el púrpura y la plata se arremolinaban
alrededor del lugar donde había tocado.
"-Acá están
atrapados".
"-Porque no
estaban allí antes?".
- Ellos estaban ahí. Ellos descansan
durante el día y por las noches despiertan.
Sabía la verdad que Tío no. Esto
no estaba la noche que se agitaron. Fue la indignación por las cosas que nos hizo.
Nuestra rabia era el puente, desde los sobrinos muertos a mí, el último
sobreviviente. Porque después de todo, ellos tenían un contrato: yo, el primer
sobrino y ellos. Podría darles a ellos su libertad y sus chances de venganza.
En cambio, ellos me liberaron.
En la última noche,
estaba anticipando nuestra movida.
"-Cuantos
hay ahí"
"-3 o 4
docenas al menos"
"-Son demasiados" - dije.
55 era el número real. El primer sobrino había seguido la pista de cada uno de
los chicos que habían pasado por la cama del Tío.
Se puso de pie, subió
las escaleras y puso sus manos en sus bolsillos.
"-Necesito
mas docenas antes que pueda tomar mi invención para liberarla al publico"
El me observó de
una nueva manera esa noche, de una manera más suave.
"Nunca le
he mostrado esto a nadie" - dijo. Tal vez me puedas ayudar. Ser mi asistente.
Vi el vidrio.
Sentí el remolino púrpura y de plata dentro de mi alma, furioso con aquellos
atrapados.
"Bien, que
piensas" - Sonrió. Codicioso por mi admiración. El sonreía por todo.
Dije la palabra.