jueves, 13 de septiembre de 2012

El ultimo sobrino de Elizabeth Twist



 Había una rutina durante  el tiempo que  pase mis días en la casa del Tío.  Esperaba en la mesa del comedor toda la mañana y parte de la tarde, hasta que los rayos de sol que pasaban por la ventana, iluminaban las motas de polvo sobre el fuego.
Yo me quedaba muy tranquilo, respirando muy despacio.
Cuando el Tío bajaba por las escaleras , era cuando las horas que pasaban de forma lenta , se hacían más cortas , hasta que llegaba la noche , cuando mi boca y nariz se secaban de oler el alcanfor y canela de mi Tío,  me atragantaba más que el polvo.
A menudo cuando mi Tío  se levantaba de la cama y bajaba las escaleras para trabajar en su proyecto, dejaba su reloj de bolsillo sobre la mesa. .
Lo sostuve y podía escuchar el sonido de su tic-tac como si fuese la voz del  primer sobrino estuviera  susurrándome.
Fue cuando él trabajaba en nuestro plan.
Sobre el último día las cosas resultaron diferentes. Escuché a mi Tío  bajar, sus pantuflas se escuchaban sobre la alfombra de las escaleras.
Cerré mis ojos, se sentó con la espalda recta sobre el duro respaldo de la silla, tomando mis manos la colocó sobre el puntero de la OUIJA que estaba frente a mí.
Me revolvió su cabello, el olor a alcanfor y canela se sentía en el aire
- ¿Este es mi muchacho?
Atine a abrir un ojo, se levantó y se colocó a mi derecha, puso una mano sobre mis hombro mientras colocaba la otra en el bolsillo de su bata.
-Estoy sosteniendo una sesión - dijo
-Espíritus, estoy interesado en espíritus ahora
Asintió y sonrió.
La Ouija y su sonrisa juntas delataban la clave de un deseo oculto. El no sabía lo que esto era pero lo sabía, el primer sobrino y yo estaríamos trabajando en desbloquearlo por un buen rato.
Frunció el ceño. Baje la vista hacia el tablero, coloque mis manos sobre el puntero e inspire profundamente.
Lo que estaba haciendo sabía que estaba mal, que solo era para mostrarle.
Conocía lo suficiente como para estar en lo cierto.
El se acuclillo detrás mío hasta que su cabeza quedó a la par de la mía.
-¿Sabias - tengo algo muy importante que decirte ahora- sabias que los espíritus son reales --¿Y que los puede atrapar?
Las ojeras alrededor de sus ojos eran oscuras las mismas  eran de más de 3 meses antes que me sacara de la calle.
Sabía que le hacía mal, pero no se cuidaba en absoluto.
Te estás divirtiendo? - Puse lo mejor de mí, conocía cuando sonreía de esa manera.
No- le dije con mi mejor voz de mentiroso la única que había utilizado cuando lo vi por primera vez y me dijo que me llevaría a un lugar seguro.
- Puedes llamarlos y aprovechar su poder.
- Lo sé - le dije dejando que mi voz sonara con deleite.
Es lo que estoy haciendo ahora. Comencé a mover el puntero alrededor del tablero alrededor del SI - NO al ADIOS.
El sonrió - no lo harás de ninguna manera con eso mi querido -
Me tomó del brazo y me saco de la silla. Había crecido desde una talla pequeña a un poco más gordo desde que me había mudado con él, pero él era un mas grande y más fuerte que yo.
- Vamos.
Separó  una llave de la media docena que llevaba alrededor de su cuello y abrió la puerta de la terraza, donde él trabajaba,
Nunca había estado ahí antes, pero el primer sobrino me había hablado sobre la máquina de su Tío.
En la brillante luz del atardecer, el parecía sordo, sucio.  
El rio artificial que corría alrededor del perímetro de su cuarto estaba quieto, sus aguas serenas e inmóviles..
- Se que esto no te gusta mucho, pero solo espera hasta  que lo veas a la medianoche.
- ¿Podre ver’.¿Me va a dejar?
-Esta misma noche espero  aprendas.
Sacó un gran libro con la encuadernación de cuero del estante que estaba sobre su escritorio.
Regreso al comedor y lo abrió sobre la mesa. Pasó las páginas hasta el diagrama de la maquina, cuya fotografía era la de un gran globo purpura rodeado con una luz.
"El principio es electromagnético" Señaló la luz con su dedo, y apunto a otra parte del diagrama.
- El tubo del que estamos hablando amplifica la invocación, cuando el espíritu ingresa acá - apuntó al globo - ellos son atrapados.
-Así aprovecho su energía.
Desde que estoy con mi tío, nunca lo oí mencionar "nosotros"
Continuamos nuestra conversación como si estuviésemos compartiendo la cena.
Cuando por primera vez vivía con el Tío, el dejó la habitación durante la cena, y me dijo que me fuera con un susurro sibilante, con su redonda cara roja muy cerca de la mía.
No podía imaginarme donde podía haber ido, entonces. Tío podía encontrarme.
Me lo dijo,
Por un tiempo largo me vi atrapado. estaba como una cosa muerta, hasta sentía que podía observarme, escuchar y su primer sobrino susurraba hola y me hacía saber que estaba lejos de ser el único.
Tío sacó el reloj de su bolsillo. "Nunca debes darle cuerda" me dijo. "Un espíritu dentro se encarga de hacerlo funcionar".
Asentí con la cabeza, desvié la mirada y no lo volví a mirar.
Me puse a trabajar e intente no reírme.
El continuó con su charla: "Los espíritus son inquietos. Ellos se mueven y generan fuerzas. Hay una sola en este reloj. Si  reunimos miles podríamos dar energía a toda una ciudad".
-¿Que lo mantiene ahí dentro? .¿Por qué no puede escapar?
Ah - los ojos del Tío se movieron de izquierda a derecha. Se inclinó hacia mí como si estuviese conspirando, aunque  había desaparecido y estamos solos.
-Una especie de conjuro de mi propio cosecha"
¿Quien lo inventó? – le pregunté
-Investigué libros prohibidos, hice experimentos. La teoría es ancestral, pero la ejecución es bastante moderna.
  
Resopló para sí mismo en su silla.
De su bolsillo tomó una pequeña caja cerrada, y alrededor de su cuello, tomó una pequeña llave. Abrió la caja y saco una hoja de papel plegada.
Me la entregó. La tuve entre mis manos por largo tiempo. Trataba de no sacudirla porque sabía que era esto lo que necesitaba.
Asintió con la cabeza. Desplegué la hoja. Una palabra estaba sobre este: una palabra larga. Podía leer y memorizarla, no solo cada sonido de cada letra. Mi cabeza zumbó y me sentía débil.
Tío me observó  como un perro callejero que desea su pedazo de pan.
Sus ojos marrones se notaban agitados.
Oh - le dije - lo siento Tío.
-Una palabra poderosa. Lo que sientes es: Poder. ¿Ahora podemos ver cómo trabaja la maquina?
-Si - todo dependía de la siguiente parte-pero debo usar el baño.
-No he ido desde que cenamos y estoy muy emocionado.
-Por supuesto - me dijo y se mostró indulgente.
En el baño, tomé un trozo de carbón que siempre llevaba en mi bolsillo. Dibuje la palabra  sobre el piso. letra por letra. Al revés. Una palabra para atraparlo, una para liberarlo.
El primer sobrino me había susurrado a mi oído alguna noche. Memoricé la nueva palabra. Era también una palabra poderosa, que hizo que me enfermara del estomago.
-No me importaba. Sabía que los sobrinos contaban conmigo.
Limpié las palabras lo mejor que pude, aunque estaba bajo presión seguro que no le importaría.
Cuando regrese al comedor. Tío estaba sobre sus pies, con una sonrisa de lado a lado.
Me hizo pasar al solárium "-Rápido, ahora!! Es la hora de las brujas,. - dijo.
La habitación se había transformado por completo. El globo brillaba con unas luces púrpuras y plateadas que circulaban rápidamente.
Un pistón dirigía la rueda dorada que movía el agua a través del rio artificial que a su vez caía y tintineaba alrededor del cuarto.
Sentía a los otros sobrinos como una pared de alfileres y agujas.
Su rabia se derramaba desde el globo purpura. Tío parecía no  notarlo. No estaba sorprendido. Si él pudo sentirlo, que no habría sido capaz de hacerle eso a sus sobrinos todos estos años.
"-Las he dibujado. Tapó el cristal del globo, el púrpura y la plata se arremolinaban alrededor del lugar donde había tocado.
"-Acá están atrapados".
"-Porque no estaban allí antes?".
- Ellos estaban ahí. Ellos descansan durante el día y por las noches despiertan.
Sabía la verdad que Tío no. Esto no estaba la noche que se agitaron. Fue la indignación por las cosas que nos hizo. Nuestra rabia era el puente, desde los sobrinos muertos a mí, el último sobreviviente. Porque después de todo, ellos tenían un contrato: yo, el primer sobrino y ellos. Podría darles a ellos su libertad y sus chances de venganza.
En cambio, ellos me liberaron.
En la última noche, estaba anticipando nuestra movida.
"-Cuantos hay ahí"
"-3 o 4 docenas al menos"
"-Son demasiados" - dije. 55 era el número real. El primer sobrino había seguido la pista de cada uno de los chicos que habían pasado por la cama del Tío.
Se puso de pie, subió las escaleras y puso sus manos en sus bolsillos.
"-Necesito mas docenas antes que pueda tomar mi invención para liberarla al publico"
El me observó de una nueva manera esa noche, de una manera más suave.
"Nunca le he mostrado esto a nadie" - dijo. Tal vez me puedas ayudar. Ser mi asistente.
Vi el vidrio. Sentí el remolino púrpura y de plata dentro de mi alma, furioso con aquellos atrapados.
"Bien, que piensas" - Sonrió. Codicioso por mi admiración. El sonreía por todo.
Dije la palabra.

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